22 marzo, 2014

Crítica de "El gran hotel Budapest": El sello de Wes Anderson

Director: Wes Anderson
Reparto: Ralph Fiennes, Tony Revolori, Jude Law, Saoirse Ronan, Willem Dafoe, Adrien Brody, F. Murray Abraham, Edward Norton, Jason Schwartzman, Owen Wilson, Bill Murray, Harvey Keitel, Léa Seydoux, Tilda Swinton, Tom Wilkinson...
Estreno en España: 21/03/2014
Año de producción: 2014
País: EEUU

Wes Anderson es un director cuyas películas inauguran festivales de prestigio internacional como el de Cannes y el de Berlín, un autor capaz de plasmar su habilidad y estilo en cada película y de hacer que (si eres capaz de conectar con su forma de hacer cine) cada vez que vayas a ver una de sus obras te sientas inmerso en un mundo único que parece seguir evolucionando.

Tratar de explicar de qué trata una película de Anderson puede ser complicado, pero en líneas generales El gran hotel Budapest nos traslada a la centroeuropea república de Zubrowka a mediados del siglo XX, concretamente a este maravilloso hotel. Gustave, el conserje del hotel, entablará una amistosa relación con el nuevo botones, Zero. Esta pareja, acompañada por una multitud de personajes secundarios, vivirá una peculiar aventura.


A los travellings, panorámicas, colores llamativos, planos cenitales, personajes peculiares, travellings ópticos… típicos de las películas de Anderson hay que añadir en esta ocasión un juego narrativo fascinante. La narración consta de varias capas en diferentes épocas que se enlazan con los mismos personajes con diferentes edades. Anderson juega con formatos de relación de aspecto, pasando del panorámico habitual al 4:3, para crear una atmósfera diferente en cada una de estas capas y llega a jugar también con la iluminación creando en una de estas capas una puesta de escena teatral. Esta experimentación demuestra una vez más la habilidad narrativa de Anderson. Hay que tener en cuenta que tras colaborar principalmente con Owen Wilson, Noah Baumbach y Roman Coppola en los guiones de sus films anteriores, con El gran hotel Budapest Wes Anderson debuta como guionista en solitario y solventa la labor con maestría, sin perder ni un ápice de la originalidad que definía las colaboraciones anteriores.

Como el talento atrae al talento en el reparto de lujo de El gran hotel Budapest nos encontramos con actores habituales en las películas de Anderson como Jason Schwartzman, Owen Wilson, Bill Murray, Willem Dafoe y Adrien Brody, y también repiten tras Moonrise Kingdom Edward Norton, Harvey Keitel y Tilda Swinton. A este plantel hay que sumar las incorporaciones entre otros de Saoirse Ronan, Léa Seydoux, Jude Law, F. Murray Abraham y de los dos actores que se podría decir que lideran un reparto tan coral: Tony Revolori y Ralph Fiennes. El reparto en conjunto funciona a la perfección y a pesar de ser tan multitudinario cada uno consigue dotar de personalidad a su personaje. Una vez más Alexandre Desplat se encarga de la banda sonora y vuelve a demostrar que le ha cogido el truco a las historias de Anderson.


A pesar de que a veces se tache a Wes Anderson de que todas sus películas son iguales en mi opinión que todas tengan un estilo similar no impide que cada una aporte cosas nuevas. En el caso de El gran hotel Budapest nos encontramos ante una comedia tan soberbia como surrealista, definida por personajes estrafalarios y situaciones peculiares. Todo esto hace que se trate de algo diferente de lo visto en sus películas anteriores pero manteniendo el espíritu que caracteriza a la odisea marítima de Life Aquatic, la historia de amor adolescente de Moonrise Kingdom, la unión fraternal de Viaje a Darjeeling y la imaginativa de Fantástico Sr. Fox.

Precisamente esa personalidad es la que hace que un director pase a ser un autor y que decidas ir a ver una película porque la ha realizado alguien capaz de introducirte en un universo tan reconfortante como fantasioso. El gran hotel Budapest es una seña más de la atemporalidad del cine de Wes Anderson que si hubiera trabajado en los años 30 habría competido con genios inimitables de la talla de Frank Capra.

Nota: 8.5

Alejandro Rodera


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